Cuando nuestro Talento es tan evidente que no lo vemos
Marisa Velásquez

Muchos de nosotros pasamos por nuestras vidas sintiendo que no hemos encontrado o descubierto nuestra pasión, nuestros talentos, nuestros dones; es más, ignoramos que los tenemos, lo que nos conlleva a experimentar una vida insatisfactoria.
La mayoría de nosotros desconocemos que es lo que realmente nos atrae de la vida. Aun así, solemos escuchar que nuestra felicidad consiste en encontrar aquello que nos apasiona y desarrollarnos en eso.
La pregunta, que surge de inmediato, es… ¿cómo logramos esto?
Existe el falso concepto que encontrar aquello que nos apasiona es un regalo experimentado por pocos privilegiados. Convivimos con personas que sucumben al sistema y que, con el paso del tiempo, dejan atrás sus sueños e ideales. Su mentalidad va cambiando y con ellos van dejando atrás sus naturales ambiciones. Todo esto nos envuelve y nos enfrentamos, de pronto, a la extraña realidad que empezamos a rechazar lo que hasta el momento hemos sido capaces de hacer. Sentimos la necesidad de cambiar, y no tenemos idea por donde iniciar este cambio.
Nos sentimos atrapados, sin encontrar salida a esta situación; nos invade la desesperanza, y de pronto, sin siquiera saberlo, empezamos a transitar por el oscuro camino de la depresión. De pronto nos dejamos llevar por el abandono de nuestra fuerza interna, sintiéndonos incapaces de encontrar nuestro anhelado tesoro, nuestro diamante, nuestra pasión… ese regalo divino con el que todos hemos nacido.
Lo que tenemos que tener claro, en primer lugar, es que en todo ser humano hay potencial, en todo ser humano existe una grandeza inherente, y necesitamos despertar esa disposición natural que nos permita crear espacios de oportunidades, consiguiendo así que ese potencial se revele en nosotros y se expanda.
Como sociedad debemos ser conscientes en como captar esos talentos y potenciarlos; tenemos la responsabilidad de encontrar nuestras habilidades, esa pasión, ese don natural que llevamos dentro, para conectar con él y ayudarlo a florecer.
La manera de descubrir nuestras capacidades es tan natural en nosotros que, quizá por eso, nunca le hemos dado la verdadera importancia que se merece. Y es que siendo así de natural, simplemente fluye, y con frecuencia son los demás quienes las detectan, reconociendo así estas virtudes que sin querer despreciamos.
El talento y la pasión de la que somos dueños siempre deja huellas, envía mensajes y se expresa en nuestras vidas. Tan solo basta un grado de sensibilidad hacia nosotros mismos, para reconocerlas y desarrollarnos en aquello que hacemos con natural capacidad y ventaja comparativa.
Existen personas que se les facilita escribir, comunicar, diseñar, contar historias, resolver conflictos. Ese es el talento que traen, ese es el don que pueden desarrollar para experimentar su vida con magia, pasión y propósito.
La gran pregunta que debemos hacernos y que puede cambiarlo todo es:
¿Qué es lo que realmente estremece tu corazón?
Cada ser humano es valioso. Todos somos grandes en potencia. Busquemos como expresar nuestra valía y convertirnos en la mejor versión de nosotros mismos.