La dinámica del miedo

«El miedo no previene la muerte … impide la vida «
Le tenemos miedo a lo desconocido y si lo pensamos todos tenemos algún tipo de miedo en nuestras vidas. Miedo a hablar en publico, miedo a las alturas, miedo a la oscuridad, miedo a lo nuevo, miedo a la soledad, miedo al fracaso, miedo a la pobreza, miedo a tener hambre o incluso miedo a la muerte.
El miedo puede ser una fuerza que nos paraliza y limita nuestra vida, impidiendo que logremos nuestros sueños, metas y objetivos.
Pero en realidad el miedo no es totalmente malo, el miedo es solo una emoción, una respuesta biológica de nuestro cuerpo para evitar el peligro. Básicamente es un sistema de defensa para evitar la muerte, es un mecanismo de supervivencia de la mente subconsciente para mantenernos vivos y a salvo.
El verdadero problema se presenta cuando este sistema de protección se sale de control, y empieza a afectarnos en lugar de ayudarnos.
Los miedos que no son controlados pueden deteriorar la confianza en uno mismo e impedir que logremos lo que queremos, y en general crear traumas que afecten constantemente nuestra salud mental.
El miedo si no se le gestiona de forma adecuada, puede tomar control sobre nosotros e infiltrarse en nuestra mente y atacar nuestra psicología desde dentro.
Por eso es muy importante saber que podemos establecer una relación mas sana con nuestros miedos. Nosotros podemos superar nuestros miedos y podemos aprender a usarlos a nuestro favor. Esto nos dará una mayor libertad para seguir nuestros sueños y objetivos, sin ser limitados por el poder del miedo. Y en lugar de evitarlos o quitarlos, como si fueran una mancha, nos daremos cuenta que es una mejor opción mirarlos y transitarlos.
Cuando nos damos ese espacio para mirar nuestros miedos, de manera muy precisa podemos observar nuestra reacción a nivel corporal (sensaciones en el cuerpo), mental (enfoque y atención) y verbal (como nos expresamos).
Al observar nuestro cuerpo nos podemos preguntar ¿dónde sentimos el miedo? ¿Cómo se comporta nuestro cuerpo ante el miedo, nuestro cuerpo cambia su temperatura, se pone tenso, tiembla? Observar profundamente todas las sensaciones corporales que se presentan cuando sentimos el miedo.
Podemos ver dónde estamos poniendo la atención, y recordar que donde va nuestra atención es donde ponemos nuestra energía. Aquí es importante prestar atención a nuestros pensamientos, que clase de ideas surgen cuando conectamos con el miedo.
Y también es favorable el analizar nuestro lenguaje, puesto que es super importante observar ese lenguaje interior, ¿cómo nos hablamos? ¿qué nos decimos?, observar de que manera se está manifestando el miedo y tomar nota de todo eso que está pasando dentro de nosotros.
Otra forma de hacerle frente al miedo es imaginar todo lo malo que podría pasar y ponernos en los peores escenarios posibles, algunos escenarios nos pueden aterrar mucho, pero es importante tomarlos en consideración para nuestro siguiente paso, que es empezar a dominar el miedo.
Después de haber pensado lo peor, podemos empezar a traer a nuestra mente racional los peores miedos y nos daremos cuenta que son solo pensamientos y sensaciones, por mas reales que parezcan, no son reales, son solo una ilusión de nuestra mente. Esto nos ayudará a pensar de forma lógica, y pensar detenidamente en ¿qué es en realidad lo mas probable que puede pasar?.
Vamos a caer en cuenta que lo que mas nos estaba afectando eran pensamientos y sensaciones emocionales de situaciones probablemente inexistentes, y ahí tomaremos consciencia que lo que hemos estado haciendo es engordar nuestros miedos con nuestras emociones y pensamientos, sin que la mayor parte de esos temores se hayan reflejado en nuestra realidad.
Ver el miedo de frente y hacernos cargo de él nos permitirá identificar que tanto es real y que tanto hemos colaborado nosotros en alimentarlo con nuestros pensamientos para que se haga mas grande, nos permitirá verlo en su real dimensión.
Solo nosotros mismos nos podemos enfrentar a nuestros miedos, nadie lo puede hacer por nosotros. Y al hacerlo nos hará mas fuertes y resistentes a miedos que se puedan presentar en el futuro.
El encarar nuestros miedos hará que nuestra confianza personal crezca y eso impactará positivamente en nuestra autoestima.
Expresar nuestros miedos es importante, y nos ayudará a reconocerlos mejor, a verlo con otros ojos, y a resignificarlos. Es decir, a darnos cuenta que los miedos pueden transformarse en grandes oportunidades de aprendizaje y de crecimiento. Siempre el transitar nuestros miedos nos dejará una lección aprendida, por lo tanto se transforma en una oportunidad.
Les dejo una frase que a mi me ha acompañado durante toda mi vida: «Aunque sientas miedo, hazlo igual. Por que recuerda, detrás de un gran miedo hay una gran oportunidad.»